¿EN QUE TE PUEDE AYUDAR UN SEGURO DE DECESOS?
La muerte es el mayor de los dramas, el más duro de los golpes al que se ve sometido el ser humano. Y asombra que, una vez tras otra y a lo largo de los siglos, siga sorprendiendo la fuerza y acritud del dolor que genera cada fallecimiento. Quizá sea porque preferimos ignorarla, vivir como si la muerte no existiera. Por mucho que sea un fenómeno inherente e inseparable a la vida, hablar de la muerte incomoda.
Pero si hay algo realmente nuestro, apenas visto por otros lares, es el seguro de decesos, una póliza que se paga cada año para que, cuando ocurra el fallecimiento, costear los -muy onerosos- gastos del sepelio no constituya un problema económico para la familia.
El seguro de decesos, tan particular se comercializa en España desde hace más de un siglo con un éxito comercial y un arraigo social incuestionables: casi en la mitad de nuestros hogares hay una póliza de seguro de decesos.
En España, la costumbre de pagar en vida y en forma de póliza mensual o anual los costes del entierro se hereda de generación en generación. Aunque las cuotas que se pagan por el seguro de decesos son normalmente poco cuantiosas -la patronal del sector calcula que cada familia destina, de media, 3,6 euros por cada mil euros del gasto total, a la larga pueden representar un desembolso excesivo. Por eso se recomienda hacer números y reflexionar sobre si merece la pena seguir pagando esta póliza.
Podríamos, sin ir más lejos, estar incurriendo en un sobre aseguramiento al pagar por un servicio cubierto con otra póliza. Los seguros de vida ligados a hipotecas, o a otros productos financieros como tarjetas de crédito y préstamos personales, por ejemplo, pueden cubrir una parte de los gastos del sepelio, por eso es conveniente hablar con tu corredor de seguros.
El seguro de decesos puede tener carácter indemnizatorio: la compañía entrega a los beneficiarios de la póliza una cantidad de dinero fija y previamente estipulada para que con ella se cubran los gastos funerarios. La forma de proceder es similar a la de las pólizas del hogar; las compañías disponen de un directorio de empresas con las que trabajan (velatorio, flores, ataúdes, coches..) y la familia del fallecido elige una o varias de ellas. Pero lo contratado es una prestación de servicios y no los de una funeraria en concreto, por lo que el asegurado es libre de seleccionar las empresas que prefiera. Si la póliza era de prestación de servicios, la aseguradora debe encargarse también de las gestiones burocráticas (obtención del certificado de defunción, inscripción del deceso en el Registro Civil, solicitud de la licencia de entierro o incineración). Y, además de cubrir los costes del féretro, debe pagar los del acondicionamiento del cadáver, las coronas de flores, el transporte al cementerio en coche fúnebre, las esquelas, la mesa de firmas y los gastos y gestiones para el traslado del fallecido a cualquier lugar de España o del resto del mundo. Una vez producido el fallecimiento, hay que avisar lo antes posible a la compañía, ya que algunos trámites requieren máxima celeridad. La inscripción de la muerte en el Registro Civil se realizará en las 24 horas posteriores al óbito. Cuando se llama a la compañía conviene tener a mano la póliza y revisarla para comprobar si contiene la cláusula que establece que si el coste del servicio es inferior al capital asegurado, se ha de devolver a los beneficiarios la cantidad sobrante.
Con todos estos gastos lo cierto es que la opción del seguro sigue siendo la más extendida. Según los datos de UNESPA ,la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras, los seguros se hicieron cargo del 57% de los fallecidos en 2013. Lo cierto es que el coste medio se puede situar alrededor de los 3500€ si tenemos en cuenta estos datos.
Todos estos costes llevan a mucha gente a plantearse que es mejor para ellos si tener un seguro de decesos o un seguro de vida. A favor de un seguro de decesos tenemos la rapidez en la gestión y que en estos momentos duros, muchas veces no tenemos el ánimo la fuerza necesaria para negociar con servicios funerarios, etc. Por eso mucha gente prefiere pagar un poco más y dejarlo todo en manos de un experto para que el trance pase lo antes posible.
Económicamente quizás es más rentable contratar un seguro de vida, para que con el pago de la prima se pueda hacer frente al sepelio. Quizás en este caso la diferencia en el tiempo que vamos a tardar en cobrar o si nuestros familiares podrían hacer frente o no a este pago de forma inmediata, ya que el entierro o la incineración no es algo que se pueda dilatar mucho en el tiempo.
Consulta a tu corredor de seguros